PRODUCTOR Y REGIÓN
Cuando Carlos habla de su oficio, entendemos hasta qué punto para ser agricultor se necesita varias habilidades: jefe de cultivo, gestiona la explotación, define los itinerarios de cultivo, decide las fechas de recogida, se ocupa de la gestión del personal. Su explotación arborícola agrupa melocotoneros, albaricoqueros y cerezos en 250 ha. Se encarga desde hace 20 años y en cada estación encuentra nuevas maneras de mejorar su producción.
Como la huerta está dedicada a Adamance, hemos podido retrasar la cosecha para conseguir una fruta más dulce.
Encargado de cultivo y experto en melocotones
PRÁCTICAS DE CULTIVO
Los expertos de la poda del melocotoneror
Para Carlos, la etapa más crucial para obtener frutas con la mejor calidad posible es la poda. Este momento es esencial ya que permite retirar algunas flores y mantener los ramos que darán las mejores frutas, concentradas en aromas y azúcar. Es un trabajo de precisión para el que se necesita una gran experiencia. Se necesitan 7 años para formar a un buen podador. Nuestro colaborador tiene un equipo fiel que vuelve cada año desde el principio. Otra ventaja de la poda, la madera cortada se deja en el suelo antes de ser triturada y proveer así de manera natural la materia orgánica útil para el suelo del vergel.
ACCIONES MEDIOAMBIENTALES O SOCIALES
Melocotones menos golosos en agua
Entre todas las frutas del vergel, el melocotón funciona un poco a parte. El aporte de agua es un gran reto para esta fruta que necesita mucha más agua que el albaricoque, por ejemplo, para desarrollarse bien. A pesar de este inconveniente, Carlos ha podido optimizar las cantidades de agua aportadas sobre el vergel y así disminuirla a la mitad gracias a lo que se llama “goteo”: una reducción de la cantidad de agua aportada por paso pero pasos más regulares. Es suficientemente importante para que dos personas desde abril a septiembre se ocupen solo de eso. Ahora trabaja con una optimización complementaria de aporte de agua con una precisión en aumento de estos aportes gracias a sensores sobre las ramas de los árboles que podrán medir el crecimiento de las ramas y proporcionar información sobre el estrés hídrico sufrido por la planta.
